Wednesday, November 19, 2008

Soy lo que soy por ti...

19 noviembre '08

Soy fuente de paz y energía,
soy una columna y un pilar,
soy un punto de equilibrio,
un apoyo, un pañuelo, un abrigo.

Soy un rayo positivo,
soy un beso apasionado,
soy vida, sueños, esperanzas,
abrazos, refugio y calor.

Soy vida en amor,
soy familia en armonía,
soy un espacio de soledad
en compañía y complicidad.

Soy todo esto y puedo más,
soy lo que soy porque te quiero,
porque me inspiras a serlo,
por el Amor que tengo para ti.

Rodolfo Carrillo M.

Thursday, November 06, 2008

Caigo

06 noviembre ‘08

Cierro los ojos, escucho el sórdido silencio a mi alrededor que me aturde. Me interno más profundo en mí ser hasta encontrar ese rincón profundamente aislado de implacable quietud.

Mi respiración es liviana, intentar profundizar se torna doloroso, no hay espacio para que mis pulmones se expandan. La falta de aire torna liviana mi cabeza, resta fuerzas a mis músculos y me encorva hacia delante simulando agotamiento.

Intento pensar… en la ausencia de oxígeno es sumamente difícil, me es imposible concentrarme en nada y mi mente está en blanco. Me encuentro aislado del pensamiento pero, no menos aturdido por mis sentimientos.

Es una tormenta de estímulos que causan profundas emociones, me erizan la piel, me saturan el pecho, hacen de mis rodillas gelatina, nublan mi mirada y me desorientan. Miles de sensaciones nunca antes apreciadas de esta forma golpean mi ser sin piedad ni respeto.

Busco alrededor mío eso que perdí. “¡No lo puedo ver!” me digo a mí mismo. Sé que está frente a mí mas, al pasar mi mirada por ese lugar, cierro los ojos. “¿Dónde estás?” grito al viento. Mil voces me contestan más ninguna quiero comprender.

Aún habiéndolo perdido, estoy a gusto donde estoy. No puede ser. ¿Cómo puedo estar a gusto sin ello? No es posible que sin ese algo que utilizo a cada segundo de mi vida pueda estar tan bien.

Mi mente intenta gritar… “¡Calla!” se escucha retumbar en el silencio, “aquí no hay espacio para ti, ahora me toca a mí”. Esta se resigna a un rincón que no suele visitar, todo es nuevo y diferente, aunque la imagen sea la misma que ella había pintado.

En este rincón al que vine a meditar encuentro silencio, oscuridad y oxígeno. El silencio no alivia la sensación, la oscuridad no me salva de la realidad, la falta de aire me invade y me lleva a desmayar.

Caigo, rendido, agotado, liviano… caigo en esos brazos cálidos… caigo en un lecho tibio… caigo en un espacio vacío… caigo justo donde quepo… caigo en armonía con todo menos con mi mente… caigo sin un seguro… caigo sin freno mas con una clara dirección…

Rodolfo Carrillo M.