Monday, March 30, 2009

Aceptación

28 Marzo ‘09

Mírame a los ojos, ¿puedes ver mi alma?

Quisiera que pudieras ver lo más profundo de mi ser para que entendieras que solo hay buenas intenciones en mi.

Déjame mostrarte: que las lágrimas que he llorado han formado un mar a mi alrededor, que lejos de endurecerme me ha suavizado; que mi corazón es como pan en chocolate: dulce, suave y frágil; que mi alma es como la madriguera de un conejo: profunda, complicada pero, con un ser tierno e inocente en el fondo.

Déjame gritarte que no se gritar, que apenas si puedo hablar, que la vida me hace llorar y entre lágrimas me cuesta vocalizar, que prefiero callar y actuar a perder el tiempo diciendo todo lo que quisiera… sin hacer nada.

Déjame escribir sobre miles de cosas, de sueños, de recuerdos, de esperanzas y de miedos… Comprende que este es mi idioma, el camino más directo al centro de mi alma, la fotografía de mi corazón y, que si quieres entenderme solo tienes que leerme.

Déjame callar y en mi silencio encontrarme, mientras te escucho, te conozco y me reconozco, creciendo mi alma y haciendo empatía con mi corazón. Entiende que la ausencia de palabras es mi forma de invitarte a ver lo más profundo de mi ser.

Déjame soñar, que en ellos formo mi carácter y trazo el camino para la evolución de mi alma. Que mis sueños son el camino que escojo para mi vida, el origen y destino de mis energías. Solo necesitas conocerlos para entender la intención de todos mis actos.

Déjame ser, te juro que no te voy a defraudar, en mí solo hay deseo de crecer, dar lo bueno de mí y ser un mejor habitante de este Universo. No me temas, no te alejes, mi corazón es grande, solo quiero y amo.

Mírame a los ojos, ¡solo te pido que me aceptes!

Rodolfo Carrillo M.

Una ilusión

28 Marzo ‘09

Te miro a los ojos y el mundo desaparece
solo la luz que emana de ellos permanece
y me resisto a parpadear por miedo a perderte
a la vez que abro mis brazos queriendo retenerte.

Te siento a mi lado y el tiempo se detiene,
sueño despierto con todo lo que viene
en una vida compartida que entre sombras emerge
arraigándose en lo más profundo de mi corazón inerte.

El tono de tus palabras me lleva a quererte
arrullándome en un vaivén donde gozo perderme
prestando atención a nadie, gritando: “déjenme”
que esta es mi elección aunque signifique mi muerte.

Sueño con tus ojos y el mundo desaparece,
te imagino a mi lado y el tiempo se detiene,
el silencio de tus palabras me lleva a quererte,
si solo pudiera encontrarte para poder tenerte…

Rodolfo Carrillo M.

Monday, March 23, 2009

Del Odio y el Amor

21 de noviembre del 2005, fecha de hoy. Hace 15 días, hace 6 meses, hace 5 años o 2 décadas que…

Muchas cosas han pasado en nuestras vidas y a 40 días de que termine un año más queda recordarlas e irnos preparando para crear nuevas memorias.
Entre los años que han pasado algunos buenos, otros mejores y uno que otro por ahí que no quisiera repetir pero que jamás podré olvidar, he aprendido muchas cosas… Pero hoy quisiera referirme a aquello que hace de esta vida única, aquello que nos diferencia los unos de los otros, aquello que nos hace darnos cuenta cada día que estamos vivos.

Sentir es vivir. Sentimos odio, felicidad, tristeza, regocijo, melancolía, cariño, dolor, ternura, amargura y amor. Los sentimientos son tantos como colores hay y nos es imposible librarnos de ellos siquiera por un instante. Pero ¿cómo los expresamos? ¿Por qué hay unos que podemos compartir fácilmente y otros que nos cuesta tanto?

Si se nos atraviesa alguien en nuestro camino de manera inapropiada poco dudamos para expresar nuestro enojo o molestia con un mal gesto, señal o palabra. Si alguna persona nos cae mal, no tardamos en decirlo a nuestros amigos y en rechazarla de alguna manera. Y si alguien llegara ha hacernos daño, poco tardaríamos en encontrar la manera de dejar salir nuestro dolor, hacerlo pagar con la misma moneda y asegurarnos que todos sepan lo mala que es esa persona.

Pero ¿qué pasa cuando alguien nos cede el paso? Si lo notamos diríamos gracias por educación, y si hemos tenido un buen día puede que hasta lleguemos a sonreír. Y ¿si alguien nos cae bien? ¿Seremos capaces de ser abiertos y decírselo, de comunicarlo a nuestros amigos y de aceptarla inmediatamente en nuestra vida? Que tal ¿cuando alguien en vez de hacernos daño, nos hace sonreír? O ¿en vez de provocarnos odio nos hace sentir amor? ¿Somos capaces de cantarlo al mundo, de correr a expresar lo que sentimos y de pagarle con esa misma moneda? ¡Qué tan fácil nos es odiar, y qué tan difícil nos resulta decir te amo!

Cuando expresamos nuestros sentimientos “negativos” lo hacemos sin pensarlo mucho, sin remordimientos ni limitaciones. No vemos a quien nos dirigimos pues todos somos iguales cuando se trata de “merecer” nuestro odio o rencor. Gritamos groserías en la calle, rechazamos a aquellos que nos molestan, odiamos abiertamente y no dudamos en darle la espalda a quien “se lo ha ganado”.

Pero ¿podremos ser igual de expresivos con los sentimientos “positivos”? ¡Claro! Así como gritamos improperios a un árbitro de fútbol, decimos buenos días al que hace fila en el banco o el supermercado junto a nosotros. También ayudamos a aquellos que lo necesitan, pero no hablo de una limosna sino de aquel abuelo que está atrasando la cola del banco por que no encuentra sus lentes o de aquella señora que camina bajo la lluvia con las bolsas del supermercado y sostiene la sombrilla entre su hombro y cabeza. O la facilidad con que podemos decirle a alguien: me gustas o Te Quiero por que se ha ganado nuestro corazón.

No sé ustedes, pero para mí no es tan fácil expresarme positivamente como lo opuesto. Se nos enseña a no aguantarle nada a nadie, a defendernos, a mantener la frente en alto y luchar por nuestros derechos, pero nadie nos enseña a amar. Se nos enseñan todas las malas palabras y hasta podemos desarrollar conversaciones de horas alrededor de todos los insultos que podemos pronunciar en diferentes idiomas, pero quién nos enseña un piropo y que mal nos ven cuando encontramos el valor de decirlo. Se nos enseña a odiar: a los blancos o a los negros, a los gringos, a los nicas o a los ticos, a los judíos, los musulmanes o los palestinos, a los ricos o a los pobres, a los hombres o a las mujeres, a tu madre o a la mía, a ti y a mí. Pero ¿quién nos enseña a amar y expresar el amor?

A mi nadie me enseño a decirle a una mujer “te quiero”, mucho menos a un amigo. Tampoco nadie me indicó como se debe amar, mucho menos sanar un corazón herido. Nunca me enseñaron a enamorarme, mucho menos a cuidar del amor.
Todas estas son cosas que hemos ido aprendiendo a base de golpes, a prueba y error. Hemos ido enseñando a nuestros corazones a lidiar con estas situaciones pero los mantenemos encerrados en un cuarto oscuro por que lo que sí nos han enseñado muy bien es a ocultar todos nuestros buenos sentimientos como el cariño y el amor.

No sé el por qué preferimos expresar abiertamente lo negativo más que lo positivo. No entiendo por qué a veces encontramos más fácil odiar que amar. No sé por qué nos cuesta tanto acercarnos ha alguien que nos gusta, pero nos es tan sencillo alejarnos de aquel que nos disgusta. Pero hoy quiero cambiar, en este día quiero dejar de ser lo que soy para poder ser algo mejor. Hoy empiezo por un nuevo camino y aprovecho para decirles a todos que los quiero mucho, que las puertas de mi corazón están abiertas de par en par para cada uno de ustedes, que pueden contar conmigo y espero que lo hagan, pero sobre todo quiero invitarlos a que abran sus corazones a aquellas personas que tienen a su alrededor y les digan que las quieren, que las aprecian y lo mucho que valen para ustedes.

Llenemos nuestras vidas de pensamientos positivos, pero más de acciones y expresiones de amor. Enseñémosle a nuestros hermanos y a nuestros hijos sobre los buenos sentimientos, a decir buenos días y hasta luego, no por educación sino como jardineros del positivismo, digamos piropos y aprendamos a recibirlos, recordémosle a las personas que las queremos, hablemos más sobre lo bello que es enamorarse, y entreguémonos al amor. Por que estos pequeños cambios de actitud, este ajuste en la manera que vemos la vida, contribuirá a construir un mundo más sincero, positivo y lleno de Amor. Desde el fondo de mi corazón...

Rodolfo Carrillo M.

De mi escritura

23 de Marzo ‘09

¿Me escuchas? ¿Me crees?

Solo escribo porque no tengo el valor de hablar,
porque cuando abro mi boca suelo no encontrar
las palabras exactas para expresar
lo que realmente llevo en mí.

Y si una guitarra me pudiera acompañar
sonaría como un fuerte vendaval
de miles de notas y acordes en compás
que brotan de lo más profundo de mí.

Y sueño con poder gritar,
con miles de palabras expresar
lo que la vida me lleva a pensar
de todo lo que me impide dormir.

Y mis sueños como bolas de cristal
ruedan por un frágil camino de pesar
que hace peligrar su integridad
llevándome al llanto y a sufrir.

Y si te escribo en vez de hablar
es porque no puedo soportar
el dolor y la amargura al expresar
mi más profundo soñar y existir.

Rodolfo Carrillo M.

Un consuelo

23 Marzo ‘09

Me siento inútil, tengo un corazón al que le es imposible tener otro sentimiento diferente al amor pero, duele tanto cuando no recibe lo que espera. Un corazón que ha decidido escoger otros medios menos directos para expresar sus sentimientos por la vida.

Y aunque enfoco toda mi vida al bienestar de los demás, todavía se me cuestiona mi capacidad de amar y de amistad.

Y despliego y expongo los rincones más profundos de mi alma y aún me dicen que soy difícil de conocer.

Y porque no me ven llorar juran que estoy seco por dentro y no saben que es ahí donde va la procesión.

Ignoran que mi amor por el mundo es solo un grito desesperado por ser amado, porque reconozcan mi existencia.

No ven que mis brazos abiertos son solo mi expresión del gran deseo de recibir tu abrazo, de saciar mi soledad, de encontrar paz.

Mírame, mi silencio no es más que mi pánico de ser rechazado, mi pregunta es solo mi deseo de mostrarte que te quiero y mis sueños no son más que el deseo de encontrar un consuelo.

Rodolfo Carrillo M.

Un hombro donde descansar

23 Marzo ‘09

¿Qué hacer cuando el mundo conspira
y te abre las puertas de tu vida y camino
te muestra tu destino, tu futuro y tu misión?

Te lo da todo para lograr lo que habías soñado
para convertir en realidad tus esperanzas
para materializar lo que vive en ti.

Te ofrece la seguridad del éxito,
te concreta lo inimaginable,
te pinta de color aquello que era blanco y negro.

Crees que tienes todo para tenerlo todo,
tropiezas y sabes que puedes volverte a levantar,
y tu cuerpo te pide más.

Estiras la mano y sientes que lo alcanzarás
y miras al lado para celebrar y sonríes
y quieres gritar al viento tu felicidad.

Pero, no hay con quien celebrar, a quien abrazar,
un hombro donde descansar y apoyarse para brincar,
unos ojos que compartan tu felicidad.

¿Qué hacer cuando el mundo te lo da todo
excepto la sabiduría para saber construir
lo que realmente te hará feliz?

Rodolfo Carrillo M.

Te tengo y no…

Una noche de enero 2009

Te veo y me pregunto
si eres, la mujer, la persona,
el ser que viene a completar
mi mundo, mi vida, mis días.

Te veo y dudo, ¿sigo
paro, me lanzo o huyo
de esta situación de riesgo,
de esta vida sin freno?

Te veo y mi corazón palpita
y mi cuerpo se estremece
sin saber qué hacer
o cómo comportarse.

Te veo y sueño
con un mañana de felicidad
con una vida en pareja,
en construcción y en armonía.

Te veo y lloro
porque te tengo y me faltas,
porque te siento
y vivo en tu ausencia y secreto.

Te veo, te sueño, te quiero y extraño
y no me queda más que seguir
viviendo contigo y en tu ausencia
porque te tengo y no…

Rodolfo Carrillo M.