Una vida con sentido

15 de mayo ‘09

Toda respiración conlleva una inhalación y una exhalación. Una etapa en donde aspiramos aire y extraemos el oxígeno que nos da vida. Luego viene una segunda etapa donde devolvemos al medio el dióxido de carbono, producto de nuestros procesos vitales.

Ese excedente podría ser considerado por algunos como material de desecho. Pensado como aquello que sobra o que no necesitamos pero, lo cierto es que el tan importante como el oxígeno que absorbemos pues permite continuar el círculo de vida.

Este CO2 es nuestro producto terminado, que se convierte en la materia prima de otros seres vivientes que a su vez producen la nuestra. Si así funciona la naturaleza ¿no deberíamos seguir ese modelo de trabajo en todo lo que hacemos?

Las materias prima de nuestra vida son el amor, la comprensión, la paciencia, la tolerancia y el respeto. Eso nos permite desarrollarnos y ser. Es lo que utilizamos como combustible para andar por esa vida. Pero, ¿qué producimos?

Para que este mundo funcione deberíamos de ser productores de materia prima que facilite el crecimiento y desarrollo de los otros. Debemos empezar por comprender que nuestra función es producir y que si todo lo hacemos incondicionalmente y socialmente concientes… la materia prima siempre estará a la mano.

¿Cuándo empezarás?

Rodolfo Carrillo M.