Thursday, October 12, 2006

Que me lo cobre la vida…

12 octubre ‘06

Todos cometemos errores pero, cuando nuestros comportamientos rayan en la estupidez y la agresión dejamos de merecer el respeto y cariño de aquellos a nuestro alrededor.

Esta vida nos pone gente, amigos y ángeles en nuestro camino. Unos pasan sin que los notemos. Otros tienen fuerte influencia sobre nuestra vida y ser. Y los últimos, entran en nuestra vía de andanza justo en el momento exacto, con esas alas blancas que nos elevan al cielo y ese halo de luz que nos ilumina el corazón.

Son estos los que debemos aprender a identificar pues su rol es invaluable. Son los que tenemos la obligación de cuidar pues nos pautan el camino. Son los que nunca debemos ofender pues, si tenemos suerte, la vida sólo nos lo cobrará triple.

Ofender uno de estos ángeles debe ser pecado mortal. Ellos lo apuestan todo por nosotros y no merecen nunca ser traicionados. Por ello, a aquel ángel que hoy ofendí, a aquella persona que trajo esperanza a mi vida, a aquel ser que lo apostó todo por esta alma que no vale nada, le entrego mis lágrimas, mi vergüenza, mi cara partida y mi destrozado ser.

No tengo palabras para expresarme, ni existe oscuridad tan negra como para ocultar mi vergüenza, solo me queda un alma partida y la esperanza de que la vida me cobre con intereses el daño que le he generado y repare el corazón, la tranquilidad y confianza que yo he quebrantado.

Rodolfo Carrillo M.

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